Frontera de la Neblina

Por +3 de defensa llevaría los calzoncillos por encima, ya lo creo
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Santi_gf
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Santi_gf » 04 Ene 2017, 17:12

Bostecé mirando leyendo la primera misión del tablón por tercera vez desde que estaba allí, nada más regresar de mis estudios. Al acabar de leerla tuve que volver a empezar a leerla de nuevo porque se veía que no estaba en condiciones de leer algo comprendiendolo, o al menos ya no. ¿No me había prometido hace mucho no dejarme la vista leyendo? Pues ahí había estado yo en los Archivos, leyendo tanto la letra de Kuo que ya me la conocía perfectamente. Pero había merecido la pena, ya que al menos sabíamos más a qué se refería Raulën con aquello de matarnos definitivamente, además de conocer el nombre de alguien que quizás si que supiera como asesinarnos así. Me froté los ojos y vi que al parecer había vuelto la primera misión sin enterarme de nada. Pensando en aquel no era un buen momento como para seguir leyendo, me fui a echarme una siesta en el sofá, no sin antes avisar a los miembros del clan que me iba encontrando de lo que había descubierto: se decía que alguien llamado Viz podía matar a los forasteros para siempre.

Una vez descansado, pude concentrarme y leer las misiones del tablón sin problemas, viendo los nombres que ya había escritos en ellas y pensando al respecto. En un principio había pensado darle prioridad a la misión de los perros de fuego de Isla Miau, tanto por la recompensa como por saber que era una misión sin muchas complicaciones éticas: matar monstruos para salvar a gente. Además, quería volver a ver a Freya y saber que ha sido de ella, cómo es que se había vuelto rica y esas cosas. Sin embargo, me sentía culpable leyendo la misión de Raö... Bastante, considerando que había matado a Kuo. Ahora, sin embargo, podía hacer algo a favor de aquella especie, aunque no tenía claro si mi presencia en aquella misión acabaría siendo positiva o no. Por otra parte, estaba la misión de la Archimaga, tan interesante cómo era. No es que quisiese ponerme a distancia de tiro de alguien con tanto poder, pero si iba a seguir siendo mago me convendría participar en aquella misión, tanto para saber más sobre las grietas cómo para aprender de los expertos sobre la magia de este mundo.

Tras pensar un rato, marqué La vuelta a casa como mi prioritaria, para después poner mi nombre en Perros infernales y en Grietas Infinitas, por si al final se llegaban a hacer pronto. Me había costado decidirme, pero aquellas Milïe quizás supieran más detalles sobre los estudios de Raulën. Me decía que era ese hecho, y no la culpa, lo que había hecho que me decantara por aquella misión. Además, si realizaba aquella misión podría cogerme algún hechizo más con el que prepararme ante las otras dos misiones, que parecían requerir más potencia de combate.
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La vuelta a casa como prioritaria, y luego Perros infernales y Grietas Infinitas. Esta semana puedo quedar el viernes, el sa´bado y el domingo. La semana que viene debería poder estar más o menos libre tambien, menos el sábado y domingo.

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bobokukemon
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 05 Ene 2017, 23:51

Los días posteriores a la coronación los pasé intentando no llamar demasiado la atención, no era aficionado a toda la fama que habíamos conseguido, y si tenía que salir del barco lo hacía transformado en algún animal pequeño.

En ese tiempo, parecía que la ciudad se volvía más animada, había más seres que se acercaban a la ciudad que antes, seres que no había visto antes.

Después de mi paseo del día eché un vistazo al tablón de anuncios. Había varias misiones interesantes y fue difícil decidir, pero tras un momento para evaluar la importancia de tales, hice una elección que crei correcta.
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Perros infernales, Peligroso Forastero y La vuelta a casa.

Teóricamente, puedo quedar cualquier día.

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Malfuin
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Malfuin » 06 Ene 2017, 00:36

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Así pues, Kineban, Akerteh, Lwiestho y Bolvir tendrán La vuelta a casa mañana/hoy, es decir, el día viernes.

Y por el otro lado, Baseryn, Vinudren, Arsna y Akerteh de nuevo deberán hacer frente al Peligroso Forastero... Aunque esto probablemente será la semana que viene. Recordemos que si no cae en fin de semana, la semana que viene las misiones serán a partir de las 11, ya que tendré clase.

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Fornax
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Fornax » 06 Ene 2017, 22:36

—Fue una persona en la que confié ciegamente y me acabó traicionando, pensé que era un ser amable, pero en realidad era un monstruo sediento de poder y sin escrúpulos que no dudó en matar a un líder… me condenó por su crimen y desde entonces no he hecho otra cosa que buscarle para matarlo, tanto en este mundo como en el nuestro —le miré por primera vez en todo aquel tiempo —. No paraba de ver el reflejo de ese dragoviano en ti, por eso te odiaba con tantas fuerzas, por eso quería que ardieras en tus propias llamas en cada misión… sé que no he sido justa contigo, aunque realmente te mereces el que te miremos con malos ojos, pero aun así debería disculparme por mi actitud hacia ti.


El lobo se dio lentamente la vuelta hasta encararse con la dragoviana. No sabía muy bien cómo entender esa mezcla de acusación y autoculpa, pero empezaba a sospechar que se estaba intentando disculpar por su trato con él en el pasado. Hasta podía ser una mejora en su actual relación si decía las palabras adecuadas.

-Lamento que este ser os hiciera eso en vuestro mundo, pero creo que mis actos hablan por sí solos: es cierto que he tenido mis momentos en los que no he estado fino, pero muchas veces he apoyado al clan, y este barco es la prueba de ello. Otra cosa es que mis acciones algunas veces no sean lo que mucha gente podría considerar altruistas, pero nunca he ido en contra de los intereses del clan, pese a mis vicios y defectos. Creo que deberiais reflexionar sobre eso antes de compararme con vuestro camarada. Y por supuesto, acepto la disculpa.

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Amilinne
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Amilinne » 07 Ene 2017, 02:56

Räo nos informó de que debíamos esperar en la aldea de Nilnil un par de días para que pudiera darnos una cantidad decente de polvo de hadas. No me importó lo más mínimo, pues el lugar era de lo más agradable y me apetecía hacer un poco de turismo con Akerteh. Le sugerí la idea de retirarnos a aquel pueblecito y lo apuntamos en nuestro cuaderno rosa mágico de las posibilidades, justo debajo del Valle Sin Sol. Además, deseaba vigilar a las Milië y ayudarlas a adaptarse a su nueva vida al menos los primeros días. No es que no confiara en ellas, pero me daba mucho miedo que un simple error o diferencia cultural hiciera que todo nuestro trabajo fuera en vano. Si conseguían llevarse bien con el resto de aldeanos y no aburrirse tal vez podrían empezar de nuevo de verdad.

Les iba bastante bien, por lo que pude ver. En el fondo... En el fondo esto es lo que querían. Más allá de todo el veneno psicológico que Kuo había inyectado en sus mentes, querían vivir en paz y armonía. Como todos. Con ese pensamiento en mente y con un suspiro, agarré a Akerteh y a Lwiestho y me los llevé a un lugar apartado para hablar con ellos. Al primero le confesé todos mis sentimientos negativos con respecto a lo que había ocurrido durante la guerra, pues me los había estado guardando, y al segundo le pedí perdón por mi comportamiento y las duras palabras que le había dirigido. También admití que no estaba seguro de si lo llegaría a superar del todo, que siempre habría una espinita clavada en mi conciencia... Pero que al menos lo intentaría, y esperaba que me entendieran. Tras eso, invité a los dos y a Bolvir a una buena comilona para celebrar un trabajo bien hecho. Ninguno nos habíamos pasado de la raya, habíamos dado lo mejor de nosotros para convencer a las Milië sin hacerles daño. Había sido un trabajo en equipo diferente al que estábamos acostumbrados, pero igualmente importante.

Y además de eso, sentía que podía perdonarme a mí mismo un poquito. No solamente éramos capaces de solucionar problemas con la violencia. Me tranquilizaba y mejoraba mi imagen de mi mismo. Recordé los momentos antes de darle la mano a la Milië, lo seguro que estaba de que no iba a hacerme daño... Podría haberme traicionado, destrozarme en cualquier momento con uno de sus hechizos. Estaba más vulnerable que nunca. Pero no lo hizo. Era un contraste impresionante en comparación a lo descontrolado que estuve durante la muerte de Raulën o cuando conocimos a Turba. Éramos mercenarios, cazarrecompensas, y nuestros trabajos en su mayor parte iban a consistir en luchar.

Pero simplemente me alegraba descubrir que éramos capaces de mucho más que simplemente hacer explotar nuestros problemas.

Mucho tiempo después, tras volver a Sincrópolis, lo primero que hice fue ir a ver de nuevo a una vieja amiga. Habíamos estado de fiesta tras la caída del tirano, pero en estado de embriaguez no había podido tener la conversación que me hubiera gustado con ella. Me dirigí a donde sabía que estaría.

-Deirdre, vieja amiauga -maullé, dándole un abrazo-. ¿Qué tal te va todo tras la muerte de Raulën? ¿Has encontrado un trabajo mejor? Si no es así, dímelo y me ocuparé de ello. ¡Ahora tengo contactos con palacio! Si no te gusta Sincrópolis, hasta podría mirar de encontrarte casita en otro lugar. -Mi semblante se ensombreció un poco-. Y sobre todo... ¿Alguna noticia de Leidrazag? No dudes en avisarnos si tu vida corre peligro.

Tras su respuesta, le pediría un favor muy importante. Hacía mucho tiempo que no necesitaba hacer aquella clase de... cosas, pero las misiones iban a ser cada vez más difíciles y nuestros enemigos cada vez más poderosos. La magia era cara y para ser eficiente requería de una manera infalible para bajar los desorbitados precios. "Más me vale que Aker no se entere de esto", me dije a mi mismo mientras Deirdre me recordaba exactamente cómo solíamos Regatear en nuestros tiempos. Tras despedirme, lo primero que hice fue dirigirme a nuestra tienda de magia habitual. Miré a los ojos del dependiente y, con un ronroneo, empecé el proceso. Todo fue como la seda, por supuesto. Era un método infalible. Salí de la tienda, mi libro repleto de páginas nuevas y yo repleto de... satisfacción.

Miah. Qué día tan bonito.
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Cojo Regatear como habilidad.
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Compro los siguientes hechizos:
-Hwaur
-Hkaur
-Aazas Hlaur
-Hdaur Etkei
-Hdaur Ithnoi
-Der Hdaur Deli

Con la rebaja de Regatear, gasto exactamente 1160 monedas.

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Impredecible
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Impredecible » 07 Ene 2017, 16:46

La diplomacia era bonita y llevaba a hacer cosas buenas. Cuando nos salía bien, al menos.
Estaba orgulloso de cómo nos había ido la misión. Algún que otro calambrazo aparte (definitivamente la electricidad tenía algo en nuestra contra, vaya racha), habíamos sido capaces de sacar la situación adelante sin violencia y convencer a las Millië de que nos hiciesen caso. Era... gratificante.
Y recién salidos de unos días de guerra, destrucción y heroicidad ambigua, creía que nos venía bien el hacer algo que era una buena acción desde todos los puntos de vista. Era un buen cambio.

Y, como extra, iba a volver a casita (bueno, al barco) con algo de polvo de hadas, lo cual me serviría para tachar una cosa de la metafórica lista eterna de cosas que Lloyd había mencionado que necesitaría para llevar a cabo las alas artificiales. Era consciente de que el mecánico había mencionado que quizá ni siquiera fuesen posibles de construir, pero mejor ir adelantando trabajo por si acababa cambiando de idea. Y si no... bueno, quizá el polvo de hada se vendiese bien. Tendría que investigar un poco.

Teníamos que esperar a que nuestra recompensa hadil estuviese lista antes de poder irnos, lo cual se traducía en tiempo libre, lo cual se traducía en tiempo con Kine. Después de pasar tanto tiempo dentro de Sincronópolis, daba gusto el tener sitios nuevos y bonitos en los que hacer el turista tranquilamente e ignorar la fama aunque fuese por unos días. Los héroes también se merecen unas vacaciones de vez en cuando, y nosotros nos merecíamos nuestro derecho a planificar nuestro futuro y la posibilidad de tener una vida tranquila algún día, cuando llegase, si llegaba, el momento de colgar las armas y retirarnos. Aún era pronto para eso, y creía que ninguno de los dos tenía prisa en que nuestro estilo actual de vida acabase, pero tener planes para el qué hacer después era tranquilizador de forma extraña. Quizá incluso pudiésemos convencer al resto del grupo y ser una familia decente y tranquila, sin muertes esporádicas. Nunca se sabía.

Tras un rato de turisteo y adorables planes de futuro, mi buen felino pidió que nos reuniéramos con Lwi, siempre majo y azul, para hablarnos de cómo le había afectado lo sucedido al final de la guerra, y traté de mostrarme lo más comprensivo que pude y tranquilizarle, mencionando mi propio bajón emocional al morir como argumento de que era algo comprensible. No sabía hasta que punto mis palabras servirían para convencerle, pero al menos parecía haber mejor ambiente entre los presentes tras la conversación. Y, una vez se nos unió Bolvir, comida gratis, lo cual tampoco estaba mal.

Me estaba gustando eso de ser diplomático.
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Y el punto se va a Maestro de Cuchillo, fuerte aplauso!
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Santi_gf
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Santi_gf » 07 Ene 2017, 18:44

La misión había salido genial. En aquel entonces me alegraba mucho haberme decidido por darle más prioridad a aquella misión que a cualquier otra, y sentía que no era para menos. Desde enterarme de la situación por la que pasaban las Miliës me veía un tanto culpable no solo por ayudar en la caída de la dictadura de la Sincrópolis sino también por haber participado en el asesinato de una Milië que consideraba importante para el resto de la raza. Así que si, me alegraba de haberme enterado lo que le había hecho aquella a su propia raza, antes de que la matásemos. Además de eso, logramos convencer a las Miliës de que tratasen de redimirse y empezaran de nuevo por el buen camino, aunque nos costó un poco de trabajo hacerles entrar en razón debido a la culpa que sentían ellas mismas. De todas formas, conseguirían enmendar sus errores. Estaba seguro.

Por eso mismo me permití unos días de descanso al acabar la misión. De todas formas, no podía hacer mucho allí, tan lejos de los Archivos y sin tener planeado ningún elemento que tratar de comprender. Recordaba que Sirielle me había dicho que odiaba que hiciera daño a la naturaleza, así que traté de echar una mano a Räo con cualquier tarea con la que hiciera falta adentrarse en el bosque. No es que no tuviera ya mano de obra de sobra, pero al menos así tenía algo con lo que entretenerme y podía asegurarme de que no se dieran problemas ahora que la situación de aquel grupo de Miliës estaba empezando a mejorar. Si aprendía algo con todo aquello o si lograba redimirme un poco a los ojos de Sirielle por haber dañado al espíritu de aquel bosque, tanto mejor.

Aun así, tenía tiempo de sobra como para hacer cualquier cosa, y para no perder práctica me empeñé en tratar de comprender algún elemento más en mis ratos libres cuando no estaba con el resto del grupo. Ya que estaba en medio de un bosque, el elemento que elegí fue la madera, pero no tardé en averiguar que aquella tarea me quedaba grande. No se trataba de una cuestión de tiempo, o al menos eso pensaba, si no de perspectiva. No estaba hecho para comprender algo tan complejo, tan vivo y aun así tan opuesto a mí. Pero me entretenía estar en el bosque hasta las tantas, cerca del pueblo, respirando el aire fresco y puro que no podía llegar a encontrarse en la ciudad.

Fue justo antes de que me fuera a holgazanear tirado en el suelo frondoso del bosque cuando Kineban vino a buscarme, acompañado ya de Akerteh. Más o menos me intuía lo que venía a contarnos, pero yo no le echaba mucha importancia a aquel asunto. Estaba perdonado desde hace bastante tiempo y antes de eso ya había estado comprendido, y así se lo hice saber. De todas formas me alegró tener aquella charla con la que librarnos, más o menos, de algunas incomodidades para el futuro. Y aunque no mencionó si había perdonado a Vinudren, a Arsna o a Baseryn, si es que había llegado a enfadarse con ella también, no le indagué por nada de eso. Kine estaba haciendo lo que podía para sobrellevar su dolor sin tratar de guardarnos rencor, así que... Por otra parte, me sorprendió escuchar lo de Aker y sus acciones en su mundo al morir. ¿No era la primera vez que me enteraba de algo de su mundo de origen? Tampoco es que yo hubiera hablado mucho del mío, pero escucharle hablar de él y de cómo lo había pasado fue suficiente como para animarme a escucharle con atención cómo había hecho con Kine. Alegrándome de que ambos se hubieran quitado un peso de encima con esa charla, tenía un humor más que suficientemente bueno cómo para pasármelo de lujo comiendo con los demás, celebrando nuestro éxito más reciente. Y los que estaban por llegar.

Después de aquello nos tocó volver, aunque volví a prometer que me pasaría de visita por allí cuando pudiera. Al fin y al cabo, poder teletransportarse tenía que tener sus ventajas en esos asuntos. Ya de vuelta decidí que volver a pisar los Archivos podría esperar, ya que no tenía ganas de volver a ponerme a investigar nada en aquellos momentos. Más importante me pareció aprender a Provocar a mis enemigos, algo que había llegado a intentar durante nuestra peleílla con las Miliës con tal de que dirigiesen sus rayos hacia mí en vez de hacia mis compañeros, con la idea de salvarles de sufrir de aquellos ataques y también para que las Miliës entendieran que no podían seguir así. No había resultado del todo, y me preocupaba que llegara la ocasión en la que hiciera falta de verdad. Así pues, cogí mi espejo de mano, cerré bien la habitación y me puse a entrenar mis dotes para la provocación dándolo todo de cara a mi reflejo.
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Compras: Ninguna
Habilidades adquiridas: Provocar

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Impredecible
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Impredecible » 08 Ene 2017, 18:01

¡Y otra victoria a la lista!

Me encontraba paseando con el resto del subgrupo por Tharren-Dwel, haciendo tiempo con un poco de sano turisteo mientras esperábamos a que anocheciese para poder anunciar el éxito de nuestra misión. Acabábamos de aniquilar al que probablemente era el enemigo más desconcertante que habíamos tenido en año y pico de clan sin más secuelas que una confusión importante y cierta indignación, así que probablemente nos merecíamos aunque fuese un rato de relax.

Aunque, pese a la satisfacción del trabajo bien hecho, estaba enormemente frustrado conmigo mismo. Mientras mis amigos mejoraban en lo que hacíamos día a día de forma claramente visible, mi estilo de combate apenas había mejorado desde mis primeros días en Frontera. Incluso... eso con lo que nos habíamos enfrentado lo había dicho: mi mayor utilidad en batalla se estaba convirtiendo en aguantar golpes para que los demás pudiesen seguir atacando. Si bien no tenía nada en contra de seguir haciendo eso, la idea de ser la única razón por la que convenía tenerme a mi en el equipo no me entusiasmaba especialmente, contando con que demostrar que podía ser algo más que un estorbo en el campo de batalla era una de las cosas que me habían llevado a Frontera en primer lugar.

Separándome temporalmente del resto del subgrupo, deambulé por las calles de Tharren-Dwel, buscando una tienda de armas decente. Mi espadón apenas tenía unos días, pero estaba visto que no se adecuaba a mi estilo (fuese cual fuese), tocaba seguir probando. Para bien o para mal, había conseguido ahorrar lo suficiente como para poder permitirme esta clase de experimentos… y una vez encontrase algo adecuado siempre podría vender todo lo demás, suponía.

Así pues, tras localizar una tienda bonita y con suficientes cosas que pinchan, decidí tirar la casa por la ventana, metafóricamente hablando, y adquirir un Mandoble que sustituyese al espadón, y una Wakizashi que ocupase el digno lugar de mi querida kotetsu. A ver si así conseguía despertar esa maestría con espadas que claramente tenía dentro. Claramente.

Y, como ya estaba metido en gastos, decídi ser majoadorable con mi felino, y, antes de encaminarme con los demás a hablar con nuestro contratista, hice una visita rápida a la tienda de magia más cercana, salí con la página de Hklaur en el bolsillo. Tenía que mantener bien cuidado al sector mágico del clan: si mis espadas insistían en despreciarme, mi vida dependía de ellos.
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Compras: 1665 monedas - 500 (Mandoble) - 700 (Wakizashi) - 200 (Hkalur, a añadir al repertorio de Ami) hacen un total de 265 monedas restantes, gracias Mayra.

Habilidad: Maestro de espada.
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Fornax
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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por Fornax » 09 Ene 2017, 00:14

Con la misión terminada, no había mucho más por hacer en aquel pueblecito perdido de la mano de los dioses. Todas las hadas habían sido convencidas y con un refugio como era Nilbil, era muy posible que muchas otras acabaran uniéndose al asentamiento, lo cual era bueno, porque al estar todas en un mismo sitio (y además alejado) eran fácilmente controlables y que no supusieran peligro alguno. ¿Además había mejor recompensa que sus pequeñas caras asustadas por solo unos trucos baratos, una mera sombra de su poder?

Sin embargo, había mucho que hacer, y sobretodo, que aprender. Tenía que estudiar a las Miliës y, sobretodo, a su capacidad para comunicarse mediante los pensamientos, pues usar la telepatía le daría una clara ventaja en futuras batallas, igual que se la daba a Azul. Además cuando regresaran a la ciudad tendría que comprar para su libro blanco Arthamath Ithnoi y los hechizos necesarios para para que funcionara, pues era un hechizo que había visto usar mucho a maese Kineban y que era francamente útil, así como Albe Hsaur Athroi para su libro negro.
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550 – [Ithnoi(50) + Arthamath Ithnoi(200) + Albe Hsaur Athroi (300)] = Me quedo sin blanca.
Además gasto mi punto en aprender telepatía.

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Re: Frontera de la Neblina

Mensaje por bobokukemon » 21 Ene 2017, 21:57

Por más que pensaba en las palabras de ese forastero, no era capaz de encontrar sentido a sus palabras. Finalmente decidí dejar intentar comprenderle, aunque quizás tuviéramos que encontrárnoslo de nuevo, no debería comerme la cabeza intentando saber lo que le sucedía, había más cosas en las que concentrarse.

El poco tiempo que me quedaba antes de que marcharamos a una nueva misión decidí usarlo para entrenar, para mejorar mi capacidad de desenvolverme tanto por la ciudad como a las afueras.
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Uso mis puntos de desarrollo para conseguir encontrar puertas ocultas y escuchar árboles.

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