Re: Digimon: Data Disruption [Rol]
Publicado: 29 Ene 2017, 20:57
Escribe...
Escribe...Jeremy escribió:Norizuna rodó por el suelo, dejando una estela de polvo a su paso; pero en cuanto comprendió lo que estaba ocurriendo, clavó las cintas en el suelo y se las arregló para pivotar y colocar las patas sobre la tierra. Aterrizó de pie, pero al instante tuvo que saltar para evitar la acometida de los Ekakimon que le habían seguido. Los extraños Digimon, con forma de lápiz, tenían expresiones inquietantes y lucían los elementos hielo y agua en sus puntas. En la distancia, Gaogamon vio a Jeremy siendo maltratado por WereGarurumon. El niño se movía, pero parecía que le estaban obligando a hacer algo. Tenía que acudir junto a él cuanto antes. Pero primero...
Sabía que los Ekakimon no caerían dos veces en la misma trampa. Norizuna hizo un amago de atrapar al Ekakimon de agua con las cintas, pero entonces giró la testa y atrapó al de hielo con una dentellada, aplastándole los brazos. Ladeó la cabeza; empuñar un cuchillo con los dientes no era tarea sencilla, pero iba a tener que hacer algo parecido. Clavó la vista en el Digimon restante y utilizó la punta del Ekakimon capturado para congelar en el aire un ataque de agua.
No contento con eso, empleó la punta de hielo para chocarla contra la de agua, congelando el poder de agua del Ekakimon acuático y provocando que las cabezas de ambos quedaran unidas, como si fueran siameses. Abrió la boca, saltó hacia atrás y descargó su ataque contra ambos enemigos:
—¡GOLPE ESPIRAL! —bramó, y el violento vendaval convirtió en astillas a los enemigos restantes.
Escribe...Jeremy escribió:WereGarurumon observaba con escepticismo a Jeremy. El niño había obedecido al instante su orden, con los ojos vacíos, sin expresión alguna. Había sabido todo el tiempo que sobreviviría, por supuesto, pero empezaba a preguntarse si el pequeño era consciente de que la herida le habría matado en condiciones normales. Lo que estaba haciendo era una chapuza, desde luego: había comenzado a narrar en plena batalla, sin construir una introducción apropiada, sin presentar a los personajes. Cierto era que no tenía mucho tiempo de ponerse a sentar las bases de la narración (y que él mismo ya había definido aquellas bases en la novela, de forma bastante magistral, modestia aparte), pero bien que se había tomado una pausa para vilipendiar su obra a pesar de la situación. Esperaba que con aquel pequeño castigo esperaba algo... y como venganza tampoco estaba mal. Pero algo comenzaba a inquietarle.
Echó un vistazo hacia Gaogamon. Aquella versión inferior de sí mismo estaba contraatacando a los Ekakimon de agua y hielo. Que ganara o perdiera le daba igual, sabía que podía encargarse de él de un solo golpe. Le preocupaba más Jeremy. La intensidad y concentración con la que estaba escribiendo no era natural. ¿Qué demonios estaba poniendo? Volvió a fijar la mirada en el libro, pero la cabeza del niño le impedía una visión clara. Se agachó para ver desde otro ángulo y soltó un áspero gruñido. ¡Menuda letra tan fea tenía aquel crío! Le iba a llevar un rato descifrar aquellas malditas líneas. Y pensar que estaba mancillando su ópera prima con aquellos garabatos de preescolar... Empezaba a arrepentirse de aquello. Entrecerró los ojos y comenzó a leer. ¿Estaba escribiendo sobre él mismo, o...?
Lo que WereGarurumon no sabía era que no iba a disponer del tiempo necesario para leer. De repente, sintió una fuerte presión en el cuello y su laringe se oprimió angustiosamente. Cayó de espaldas, derribado por una fuerza súbita e irresistible, y al mirar a Jeremy vio cómo se hacía más y más pequeño. Su pelo corto se agitaba como si hubiera enloquecido, como si estuviera recibiendo el azote de un tornado.
Escribe...Jeremy escribió:Jeremy se preguntó qué demonios estaba haciendo. Sabía que debía estar perdiendo sangre a gran velocidad. Iba a morir de un momento a otro. ¿De verdad quería pasar así sus últimos minutos? ¿Escribiendo? Limitarse a escribir lo que deseaba que ocurriera no iba a servir para nada. No realmente. ¿O sí? ¿Tenía sentido aplicar la lógica que el conocía en un mundo en el que podías sobrevivir a que te abrieran el corazón con un lápiz? Y tenía que admitirlo, tener que escribir con aquella cosa enorme era una tortura mucho mayor que la herida que había recibido. A fin de cuentas, no sentía dolor. La dentera que le provocaban los lápices era peor que el dolor; no era raro que su letra fuera tan terrible. Pero sí sentía como si nada importara, o al menos nada fuera de aquellas páginas. Se preguntó si estaba conmocionado. Miró la frase que acababa de escribir.Jeremy escribió:Se preguntó si estaba conmocionado. Miró la frase que acababa de escribir.Jeremy escribió:Se preguntó si estaba conmocionado. Miró la frase que acababa de escribir.
Sacudió con fuerza la cabeza. A aquel ritmo, iba a volverse loco. Notó un vendaval sobre su cabeza cuando Gaogamon pasó sobre él a toda velocidad y le quitó a WereGarurumon de encima. O quizá sólo quería imaginar que lo había sentido. Quizá simplemente lo estuviera deseando.
Escribe...Jeremy escribió:Gaogamon había dejado a los Ekakimon atrás antes de que sus astillas cayeran al suelo. Corrió a toda velocidad hacia WereGarurumon, que parecía muy concentrado en lo que Jeremy estaba... ¿escribiendo? ¿Y de dónde había salido toda aquella sangre de su camisa? ¿¡Qué demonios le había hecho!?
Sintió que una ira sin precedentes le recorría, pero por algún motivo logró mantener la mente fría. WereGarurumon era más fuerte y rápido que él, al menos en distancias cortas. Jamás le vencería en una batalla normal. Pero aquella no era ninguna batalla normal. Él tenía la ventaja; si podía encontrar el modo de privarle de sus brazos y piernas durante unos momentos, de infligirle todo el daño posible...
Al instante lo supo. Con gran habilidad, formó un nudo corredizo al final de cada una de sus cintas y echó los lazos por la cabeza de WereGarurumon al pasar junto a él corriendo como un rayo. Ambos nudos se apretaron instantáneamente y el enemigo fue arrancado del sitio y cayó de espaldas. Norizuna aumentó su velocidad, comenzó a correr más rápido de lo que nunca había corrido. Sabía que cada segundo que el cuerpo del licántropo permaneciera expuesto a la terrible fricción del suelo bajo ellos, se debilitaría un poco más. Si intentaba usar los brazos y piernas para detener la carrera, sólo conseguiría herirse más y apretar los nudos corredizos más todavía.
Corrió describiendo enormes círculos en torno al árbol, tanto tiempo como le fue posible, hasta que al final sintió que comenzaba a bajar el ritmo. Eso daría a WereGarurumon una oportunidad de recuperarse, y no podía tolerarlo. Se dirigió directo al árbol y saltó sobre la rama más alta. Las cintas cayeron sobre la rama y elevaron al enemigo bruscamente sobre el suelo, como en un auténtico ahorcamiento. Cualquier criatura normal ya habría tenido el cuello roto.
Ambos Digimon quedaron colgados a la misma altura, de la misma rama, con la diferencia de que pender de aquellas cintas era natural para Gaogamon y arrebataba el aliento a WereGarurumon. En aquel momento ya no importaba quién iba a dos o a cuatro patas: ambos cánidos se lanzaron uno contra el cuello del otro, mordiéndose, empleando las garras para arañarse. La rama crujía, estremecida por el enorme peso, pero no se partió. La violenta batalla estaba a punto de llegar a su final.
Gaogamon tenía que ganar. Tenía que ganar. Tenía que ganar.