Vamos a Jugar a El Hobbit


Parecía un tipo razonable, no debería tener problemas con él.



Medianoche, ¿eh?



Me siento fatal al mentirle, pero ¿qué remedio hay?



En fin, dijeron que no iban a atacar, no creo que venga nadie.

Qué curioso. Aunque Aguijón sigue siendo la mejor arma del mundo para mí.

¿Y ahora cómo llego yo al campamento del Valle?

Tiendas de campaña. Debe ser aquí.

No sé de qué será, pero siempre vienen bien.

¿Qué hay por aquí...?

Era el campamento de los elfos del bosque, y ya me tienen bastante manía. Probaré otra ruta.

¿Las ruinas del Valle? ¿Para qué será esa palanca?

¿Otra? Sospecho que esto va a alargarse.

Esto parece importante...

¡Vaya! ¡Igual puedo negociar con esto también!

Seguiré buscando un camino...

Esto está lleno de cámaras mortuorias.

Lo que no entiendo es por qué hay tantas... De estas cosas.

Si Bardo es descendiente de Girion seguro que esto le interesa.

Esto también está bastante bloqueado...

¡Esfera de Erebor! ¡Ya tengo tres de estas cosas!

Oh, venga, no me digas que tengo que colocarlas aquí para despejar el camino.

Qué desperdicio, y seguro que no puedo desencajarlas luego.

En fin... Camino despejado.

Y ahora despacito que de estos elfos no me fío yo un pelo.

¡Lo conseguí!






Ahora a ver si de verdad se puede confiar en este hombre.

¿Por qué tienes que pintarlo así?


Bien, al menos está intrigado.


Thrain era su abuelo y encontró dicha piedra en el corazón de la montaña.
Lo sé porque los enanos no paran de buscarla y hablar de ella. Ay...

Pues...



A fin de cuentas, a mi el oro siempre me ha dado igual. Estoy aquí porque Gandalf en cierto modo me obligó a ello.



Bardo es un buen hombre. Hice bien en acudir a él.


Además, tengo que despertar a Bombur antes de medianoche. Mejor me doy prisa.



¡Gandalf! ¡Ojalá te hubieses quedado con nosotros! Yo no... Bueno, ya sabes... ¡Me voy!

A la mañana siguiente...


En serio, Thorin, ¿ni siquiera provisiones? ¿Te has vuelto loco tras tanto tiempo encerrado mirando el oro?

De repente tengo ganas de esconderme...



Ya está. Ya no puedo ocultarlo más.




Sospecho que ha estado esperando todo este rato solo para hacer esta entrada teatral. Gandalf es así.

Sí, hazme caso por una vez.




¿Por qué me siento tan mal al oír eso? Sabía que reaccionaría así, pero...


¡No, para! ¡Negociad! ¡O todo lo que he hecho no servirá de nada!

¿¡Tú también!? ¡Basta! ¿Por qué tiene que morir gente? ¡Gandalf, diles algo!


¿QUÉ?

Admito que es un argumento convincente, pero...

Ahora sí, ¿eh? Si se trata de trasgos te alías con cualquiera.


Una alianza temporal... Algo es algo.


Y Thorin ni siquiera me deja entrar a refugiarme de la batalla. No me perdonará nunca.

Preferiría no participar en ninguna batalla, de hecho.


No sé si querrán...


¡Fili! ¡Kili!

¡Gracias amigos!

¡Sí!

Un arquero elfo... ¿me habré perdido?

P-perdone...




¡Está bien! ¡Ayudaré!

¡Gracias, Dain!

Así lo haré.

No fue tan difícil escabullirme a través del campo de batalla. Si me veía en problemas me ponía el anillo.

Y en ocasiones también ayudaba.

Aunque era bastante caótico y peligroso. Estuve aterrado todo el tiempo.


¡Vale!

Sobrevivir era la única cosa que tenía en la cabeza.

Aunque la batalla pintaba mal para nuestro bando.

Y entonces me lo encontré. El jinete de wargo. No podía esquivarle con el anillo: su montura me encontraba con su olfato.

Y no paraba de convocar a otros lobos.

También había desprendimientos, seguramente culpa de los que peleaban más arriba, en la montaña...
Finalmente una roca me golpeó y ya no supe más.



Aunque fue una gran batalla, solo vi una pequeña parte.
También me contaron que Beorn había acudido transformado en oso, y que hizo a Bolgo pedazos.
Y también...


Creo que hoy la he gastado toda...


No... Maldita sea, esto era justo lo que quería evitar...








Yo no...









Con eso se puede vivir holgadamente en la Comarca más de cien años, de todos modos.


Y pensar que me burlaba de ellas.




¡Gracias al cielo!









Y así acabó mi viaje.

Salí bastante bien parado, aunque tuve que volver a comprar todas mis posesiones al volver... Pero eso es otra historia.



"Si muchos de nosotros dieran más valor a la comida, la alegría y las canciones que al oro atesorado,
éste sería un mundo más feliz."